lunes, 3 de julio de 2017

EL ENEMIGO INTERIOR. MUERTE EN EL REIK. Sesión 7.

La noche había caído sobre las montañas negras, era una agradable noche, ideal para pasarla sentado en el porche fumando en una buena pipa mientras se contemplaba a Mannslieb y a Morrslieb surcar poco a poco el cielo despejado, eso es lo que pensaba Magnus mientras descansaba después de un duro día  de trabajo en la granja cuando en la lejanía se empezaron a escuchar aullidos de lobos, aquello era extraño, solo en los duros inviernos de antaño se habían atrevido a bajar de las montañas en busca de comida, poco a poco los aullidos se iban escuchando mas cerca, hasta que en el horizonte pudo ver como varios puntos de luz se iban acercando con gran rapidez, con la palidez de quien ha visto su propia muerte Magnus corrió por la granja dando la voz de alarma, pero ya poco se podía hacer, una docena de lobos con goblins sobre ellos iban arrojando antorchas sobre los edificios, Magnus se escondió debajo del abrevadero mientras veía como el resto de los habitantes de la granja eran ensartados por flechas cuando intentaban escapar de las llamas...cuanto tiempo paso allí escondido, para Magnus debió ser una eternidad, los gritos de los moribundos ya no se escuchaban, a su alrededor solo se escuchaba el crepitar de las llamas y unos pasos que de golpe se pararon, muerto de miedo miro hacia arriba para ver la cara de un goblin con los labios pintados de rojo y una tiara de mujer en la cabeza, durante unos segundos se quedaron mirando hasta que el goblin emitió  una risa burlona acompañado con un movimiento de su cimitarra hacia la cabeza de Magnus....

Mientras, en las montañas negras el grupo de enanos dirigidos por Gorim Granmartillo y nuestros tres héroes se preparaban en la casa de Etelka Herzen a que volvieran los goblins que vieron partir cuando llegaron hace un par de horas, tras varías horas de espera por fin los goblins regresaron, sin percatarse de nada un grupo de diez goblins junto al parecer su líder se dirigieron hacia la casa, una vez hubieron entrado casi hasta el final del vestíbulo la trampa se puso en marcha, Nikkit trabuco en mano se asomo por el pasillo del vestíbulo descargando metralla sobre los goblins, tras desaparecer el humo del fogonazo cinco goblins estaban muertos o moribundos, mientras de las puertas laterales y de delante del pasillo cargaban los enanos a la vez que  Erwin y Ogmund cerraron las puertas atrancandolas,  Nikkit hacha en mano se enfrento al Chaman goblin, el cual empezó a hacer gestos para lanzar un hechizo pero algo debió de salir mal ya que para decepción del goblin nada ocurrió, con gesto de enfado saco una cimitarra, el combate fue rápido, los enanos junto a Erwin y a Ogmund acabaron rápidamente con los goblins mientras Nikkit dejaba malherido a su jefe el cual viendo la derrota cerca intento salvar el pellejo, tirando su arma pidió clemencia mientras prometía y juraba que habían sido buenos.

Tras interrogarlo poco pudieron averiguar de lo que ya sabían a través de la Halfling que tenían retenida, desde luego un Chaman no era, era un jefe guerrero no muy cuerdo, Triton Mataarmiños se hacía llamar, la Halfling estaba muy enfadada con Nikkit por haberla tratado con tanto menos precio, pero las palabras de Erwin y Ogmund con lo que podían hacerle si no colaboraba pronto la hicieron hacer cambiar de opinión y mostrarse mas servicial, por lo visto un hombre extraño vino con una carta para Etelka y tras eso ambos se marcharon juntos, así que con los enanos impacientes por acabar con el resto de goblins que esperaban fuera se prepararon para el combate, abrieron las puertas de la casa para dejar entrar a los goblins mientras Nikkit volvía a disparar su trabuco para acto seguido cargar contra ellos, el combate fue duro pero la fiereza de los enanos y junto a los humanos y al Halfing hicieron que la balanza cayera de su lado, todos los goblins cayeron esa noche a los pies de las montañas negras, y solo unos pocos lobos escaparon a la seguridad del bosque, por su parte los enanos solo tuvieron que lamentar varios heridos, mas tarde una parte de los enanos hacían una gran pira con los cuerpos de los goblins y de los lobos mientras nuestros héroes junto a Triton, Gorim y dos enanos subieron a la habitación que estaba cerrada, tras preguntar a Triton que había en su interior y este encogerse de hombros le dieron el goblin a Gorim para que hiciese lo que quisiera con el, lo ultimo que oyeron fue como gritaba mientras volaba por el hueco de la escalera hasta oírse un fuerte golpe cuando llego al suelo, tras probar a derribar las puertas con los picos, los enanos pudieron comprobar como las puertas apenas sufrían ningún daño, como si alguna magia las protegiera, pero Erwin tubo la idea de picar la pared, y en esta si que pudieron abrir un agujero lo suficiente grande para poder entrar en la habitación, al parecer parecía una especie de estudio, del techo colgaba un cocodrilo disecado y al fondo de la habitación un oso que al parecer pareció moverse cuando entraron pero que mas tarde pudieron comprobar que al igual que el cocodrilo poco daño podía causar, en la pequeña librería había libros sobre distintas tribus goblins, y en el escritorio pudieron encontrar una redoma con un liquido verde y una carta que encomiaba a Etelka a marchar con el hombre que había llegado hacia Kemperbad y luego hacia las Colinas Áridas en busca de algo de gran importancia, y una vez conseguido llevarlo a Middenhein lo antes posible, con poco mas que averiguar sobre Etelka y cansados tras la larga noche descansaron hasta la hora de comer del nuevo día, y tras recuperar fuerzas con la comida partieron rumbo a Grissenwald junto a dos enanos que llevarían las noticias a sus compatriotas que allí habían quedado, también junto a ellos marcho la Halfling Dumpling Hayfoot en busca de una nueva vida en Grissenwald, llegaron a mitad de tarde y tras despedirse de los enanos se encaminaron a hablar con el capitán de la guardia Blinched, al cual le contaron todo lo sucedido a demás de mostrarle pruebas de lo que decían, este se mostró agradecido y aliviado por las nuevas noticias y así se las haría llegar a la población, después de ultimo ataque de ayer la tensión entre la gente de Grissenwald y los enanos estaba a punto de causar una revuelta, también preocupado por lo que le pudiera haber ocurrido a la señorita Etelka Herzen consiguió averiguar que había marchado hacia Kemperbad hacia una semana junto a un hombre joven en una caravana de las cuatro estaciones, por lo que por suerte había escapado al ataque de esa tribu de goblins.

El mismo día de su partida de Grissenwald mientras en la plaza del mercado  Nikkit y Ogmund intentaban averiguar que contenía la redoma con el liquido verde Erwin escribía una nota para enviársela a Heironymus Blitzen, en ella le informa de la ventaja que les lleva y hacia donde se dirige a buscar algo, mientras escribe la carta alguien se le acerca mientras le susurra al oído, ¿A que juegas, Kastor? Estamos muy preocupados por ti. ¿Por qué no te has puesto en contacto con nosotros? ¡Espero que no hayas olvidado que se supone que debes entregar lo convenido al Círculo Interno!, ¡Sabes que no puedes engañarnos! ¡Si perteneces al culto, es para siempre! ¡Aún no hemos dicho la última palabra!, tras esas palabras el hombre se alejara perdiéndose entre el mercado, mientras Erwin se encamina hacía donde están Ogmund y Nikkit para contarles lo ocurrido, de repente siente como alguien tira de su pelo llevándose un mechón de el, al girarse ve a un muchacho correr entre el gentío, y aunque le intenta seguir al dar unos pasos le es imposible distinguirlo, cuando se reúne con Ogmund y Nikkit les pone al corriente sobre lo ocurrido mientras ponen rumbo hacia Kemperbad, a mitad de trayecto pasan cerca del castillo Wittgenstein de donde eran los cuadros que había debajo de la torre de señales, una barcaza les da el alto para informarles de que no se acerquen a la orilla del castillo, advirtiéndoles que es un lugar maldito, esa mañana pescando sacaron del agua un hombre con forma de pez con las extremidades rotas, desde que lo subieron a la barcaza dos de sus marineros han enfermado, se dirigen a Nulm para denunciar los hechos, tras tres dias de navegacion desde que salieron de Grissenwald cuando esta empezando a atardecer vislumbran los acantilados de Kemperbad, tras maniobrar desembarcan en la explanada de los ascensores justo cuando una veintena de Infantes Imperiales forman una guardia de honor y su capitán va apartando a la gente mientras acompañada por una fanfarria de trompetas una patrullera fluvial entra en el muelle con la Enseña Imperial, de ella baja un sujeto de ricos ropajes y y extremadamente corpulento que acompañado por el Capitán suben en el ascensor seguidos por la veintena de Infantes Imperiales, entre la gente se escucha que es el Conde Otto Boormann, un Plenipotenciario Imperial, enviado por el Emperador para vigilar al consejo de los trece que rige la villa, para intentar ver si hay alguna formula para extinguir la antigua célula de independencia que rige en la villa.

Tras subir en uno de los ascensores hasta la villa de Kemperbad consiguen averiguar que Etelka ni llego ni se ha marchado en ningún bote o barco, con prácticamente la noche cerniéndose sobre ellos se encaminan a buscar alojamiento y pensar que hacer, si encaminarse hacia las Colinas Áridas o esperar en Kemperbad...



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