martes, 6 de junio de 2017

EL ENEMIGO INTERIOR. MUERTE EN EL REIK. Sesión 3.

Se oían ruidos de pasos, Johan empezaba a despertarse mientras sentía un fuerte dolor de cabeza, poco a poco iba recuperando sus sentidos, maniatado y amordazado en una especie de almacén iba recordando como Erwin había acudido a la posada donde estaban alojados y con premura le había incitado a que le acompañara, aunque era Erwin, había algo en él que le había resultado extraño, quizás era el olor a ajo que desprendía al hablar, pero con las prisas no le había dado mucha importancia, lo siguiente que ocurrió es que un carruaje les estaba esperando a la vuelta de la posada, lo ultimo que recordaba era haber subido a el y recibir un fuerte golpe en la cabeza, la oscuridad se cernió sobre él, hasta ahora,poco a poco su visión se iba haciendo mas clara, ante sus ojos iba vislumbrando un circulo de cobre en el suelo y en su interior un pentagrama, en cada punta del pentagrama un candelabro de plata con una vela encendida, figuras encapuchadas empezaban a entrar, uno de los encapuchados se acerco para revisarle la cuerdas, mientras lo hacia le susurro al oído, esto se nos ha ido de las manos,  algo atroz esta a punto de suceder, hay que evitarlo como sea, con rapidez antes de volver sobre sus pasos le dejo un pequeño abre cartas, con el cual mas tarde Johan intentaría cortar la cuerda que le sujetaba sus manos.

Con cinco de los encapuchados alrededor del circulo y otros dos en el centro empezó una especie de ritual o ceremonia, como mas tarde Johan sabría, los dos encapuchados del centro eran Johannes Teugen y su supuesto primo Gideon,  al poco de empezar la ceremonia una mujer joven fue llevada ante Teugen, el cual con sangre fría le abrió el pecho para sacarle el corazón aun latiendo y dejarlo en medio del pentagrama, el siguiente en correr esa suerte era el propio Johan, fue cogido por Gideon y aunque intento resistirse la fuerza de Gideon era sobrehumana, también desprendía ese peculiar olor a ajo que había notado en Erwin, por suerte para él en el ultimo instante el encapuchado que le había intentando ayudar salto sobre Teugen derribándole en el suelo, en apenas unos segundos Gideon cogió al traidor y lo lanzo contra un poste del almacén, fue tal la fuerza del impacto que el ruido de huesos rotos se oyó con claridad, justo cuando Gideon se daba la vuelta en dirección a Johan se escucho como sonaban las doce campanadas del reloj de ayuntamiento de Bögenhafen, a partir de ahí todo ocurrió muy deprisa, del pentagrama un humo negro empezó a surgir dando a forma a un repugnante Demonio, el cual con una voz dulce y fría que irradia maldad exigirá el portal que se le había prometido, con una de sus garras agarrara a Teugen  y fueron absorbidos por el pentagrama, para acto seguido retorciéndose de sufrimiento y convertido en un deformado Demonio  también fue engullido Gideón, mientras el resto de encapuchados huían del almacén, este ya ardía a causa de las velas que habían rodado, con sus ultimas fuerzas Johan cargo sobre su hombro al encapuchado que le había ayudado y entre toses y sin apenas poder respirar salieron fuera, Friedrich Magirius era el encapuchado que le había salvado, poco se podía hacer por él, apenas le quedaba un hilo de vida, con sus ultimas fuerzas le dio una carta que debía de llevar a Delberz y entregársela a Heironymus Blitzen....



Erwin, Nikkit y Ogmund junto al aprendiz de marinero Renat habían conseguido navegar por el canal de Weissbruck durante tres días sin apenas contratiempos, antes de llegar a Altdorf en una de las esclusas los dos guardias que la vigilaban inspeccionaron la barcaza sin encontrar nada extraño, y sin mas les dejaron seguir camino, fue Nikkit el que noto que uno de los guardias se fijaba demasiado en Erwin, o quizás eran manías suyas.

Ante ellos las torres de Altdorf se mostraban majestuosas, la capital del Imperio no pasaba desapercibida para nadie, por desgracia nuestros aventureros no podrían disfrutar de ella por mucho tiempo, lo primero era vender la carga que tenían en la bodega, Nikkit, Ogmund y Renat buscaron a Herr Hohenzoll, tras lamentarse por la perdida del antiguo capitán y de su familia les ofreció 800 coronas de oro y 100 mas si le hacían el favor de transportar cuatro cajas con Brandy a un pequeño embarcadero que les venia de camino, tras inspeccionar las cajas y ver que el Brandy al parecer no era Bretón accedieron a ello, con dinero para gastar al día siguiente se encaminaron a una armería, en ella se equiparon con distintos enseres, ya por la tarde cerraron un trato con Chistopher para que tomara los mandos de la barcaza y al día siguiente mientras aun estaba amaneciendo ponían rumbo a Delberz, y aunque antes de salir de Altdorf fueron parados por la guardia y por unos momentos se temieron lo peor por el Brandy que transportaban todo se quedo en un susto.

El viaje por el río Talabec ocurrió sin ningún contratiempo, y justo antes de encontrarse con la entrada al río Delb que les llevaría hasta Delberz vieron el pequeño embarcadero del que Herr Hohenzoll les había hablado, allí desembarcaron  las cuatro cajas dos muchachos ante la atenta mirada de un individuo que parecía cualquier cosa menos un pescador, tras viajar por el río Delb y después de cuatro días desde que salieron de Altdorf por fin antes sus ojos al pie de las colinas se podía ver el pueblo de Delberz, dejaron la barcaza amarrada en el pequeño embarcadero y a Renat y Chistopher custodiándola, mientras el resto del grupo dirigidos por un maltrecho Hans se dirigieron hacia la casa del hechicero, esta estaba ubicada a las afueras del pueblo, un gran muro de piedra la rodeaba con dos grandes puertas que se abrieron segun se acercaban,  ya en su interior se podía ver una casa grande y destartalada, una chica joven salio a su encuentro abrazándose a Hans, su nombre era Wanda, muy simpática y extrovertida, sin mas fueron llevados ante Heironymus Blitzen, un hombre mayor con el pelo blanco y desaliñado, el cual fue escuchando sus relatos sobre lo que habían vivido en Bögenhafen y en la mansión Vonreuter mientras no dejaba de manipular un gran reloj de cuco, tras escucharles se dirigió hacia Erwin y le tendió una carta de una demonolagista llamada Etelka Herzen que quería seguir los pasos de Johannes Teugen, la cual por lo visto aspiraba abrir un portal para el mismísimo Tzeentch.

En ese momento un antiguo compañero que creían muerto apareció por una puerta, la alegría se reflejo en el rostro de todos ellos y entre abrazos les contó como había sido capturado y como había conseguido escapar con vida y su camino hasta llegar aquí, mientras Heironymus hablaba con Elvyra una vieja conocida, tras unos minutos el Hechicero les contó que Hans había viajado a Nuln para intentar localizar a la mujer de la carta, hacia mas de un año que la habían perdido la pista, por suerte ahora gracias a la carta sabían donde podría estar, era de vital importancia dar con ella antes de que intentara realizar aquello en lo que Johannes Teugen había fracasado, la pregunta era si estaban dispuestos a acometer semejante empresa en favor del Imperio y de Sigmar, era algo que tenían que pensar con calma, mientras tanto les ofreció su casa para que descansaran...después de muchos días era difícil resistirse a un buen baño de agua caliente y una cómoda cama de plumas....







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