martes, 23 de mayo de 2017

EL ENEMIGO INTERIOR. MUERTE EN EL REIK. Sesión1

La noche dio paso a un nuevo amanecer, en medio del bosque alejados de cualquier mirada un grupo de personas descansaban arremolinados entre si, un pájaro observaba atento desde una de las ramas como la única persona que estaba despierta daba vueltas alrededor del grupo, en el rostro del Halfling se podía apreciar el cansancio de los días pasados, pero sabía que pronto su guardia acabaría y por fin llegaría el mas que merecido descanso, por un instante se paro delante de dos de los humanos que estaban durmiendo, por su cabeza paso un pensamiento, hacia solo unos días que conocía a los dos humanos y entre ellos ya habían crecido unos fuertes lazos de amistad, que destino les esperaba a todos ellos, sus caminos seguirían juntos ..., una sonrisa apareció en su rostro mientras volvía a vigilar el bosque velando por el descanso de sus compañeros, mientras el pájaro levantaba el vuelo perdiéndose entre los altos arboles...


El día avanzo, fue a la hora de comer cuando nuestros aventureros junto a Hans y a Anya recogieron sus pocas pertenencias y después de haber saciado el estomago partieron rumbo al Norte, no sabían donde se encontraban pero si viajaban hacia el Norte en algún momento deberían encontrar el río Bögen, y siguiéndolo poder llegar a Weissbruck, allí podrían conseguir pasaje en algún barco dirección a Altdorf o con suerte directamente a Delberz que es donde Hans tenia que llegar a casa de su señor, ademas el tiempo apremiaba, tanto Erwin como Ogmund presentaban en una de las heridas sufridas en el laboratorio de Vonreuter claros síntomas de infección, Hans conocía en Weissbruck a una herborista llamada Elvyra que les podría ayudar, durante la tarde y la mañana del día siguiente avanzaron sin incidentes, fue casi a mediodía cuando empezaron a escuchar el ruido de un río, según se acercaban al ruido de entre los arboles un hombre ya entrado en años y que apenas se podía sostener cayo ante ellos, su cuerpo presentaba diversas heridas y dos virotes de ballesta asomaban por uno de sus costados, con su ultimo aliento y una mano tendida hacia ellos sus ultimas palabras fueron ``mutantes´´.

Con cautela se acercaron al borde del bosque, desde ahí a unos pocos pasos se podía ver una pequeña barca junto al río y un poco mas allá en medio de este una barcaza de pequeño calado que estaba a la deriva, en su cubierta se apreciaban cuerpos humanos y de mutantes tendidos en el suelo, tras decidir que lo mejor era intentar hacerse con el barco y intentar llegar a Weissbruck lo antes posible se subieron en la barca y remando se fueron acercando a la barcaza, Nikkit con el trabuco preparado no dejaba de observar la orilla que habían abandonado cuando de entre sus arboles una mujer con dos grandes alas y una lanza  empezó a volar hacia ellos, mientras el resto del grupo subía a la barcaza Nikkit disparo su trabuco contra ella, por desgracia una vez se retiro el humo la mujer bajaba hacía el en picado sin haber sufrido ningún daño, con su lanza hirió a Nikkit mientras volvía a remontar el vuelo preparándose para otra pasada, en esta segunda todo ocurrió muy rápido, Hans hizo uso de su magia para impactarle con un proyectil mágico, por desgracia para él la lanza le atravesó el brazo desgarrando a su paso huesos y tendones, Hans con la lanza clavada en su brazo cayo inconsciente al suelo mientras un charco de sangre se formaba a su alrededor, mientras Nikkit aprovechando que la mujer le daba el flanco consiguió impactarla con fuerza con el hacha dejando un reguero de sangre mientras se alejaba de ellos, y aunque Ogmund intento abatir a la mujer con alas con su honda los disparos pasaron lejos de ella, perdiéndose nuevamente en las copas de los arboles del bosque.

En el momento en que la mujer se retiraba dos mutantes subieron de la cubierta, de uno de ellos dio buena cuenta Erwind, mientras el otro se enfrentaba a Nikkit, a su vez Ogmund era atacado por un tentáculo que procedente del río reptaba por un lado de la barcaza intentando enrollarse en algún pobre incauto, y aunque en la primera ocasión pudo esquivarlo en la segunda no tubo tanta suerte y el tentáculo se le enrollo sobre su pierna arrastrándolo hacia el río, por suerte de un espadazo Ogmund pudo cortar el tentáculo a la vez que Erwin también espada en mano le prestaba también auxilio impactando en el tentáculo, mientras Nikkit dejando que el mutante con el que estaba enfrentado escapase se lanzaba para coger a Ogmund para intentar que no fuera arrastrado por el tentáculo, tras unos segundos de tensa pausa con rapidez Nikkit consiguió poner la barcaza a favor de la corriente para ir alejándose poco a poco del lugar, mientras Erwin iba lanzando por la borda los cadáveres de los mutantes muertos en la cubierta del barco y Ogmund intentaba ayudar a Hans, el cual estaba inconsciente y aunque débil aun respiraba, una vez alejados del lugar y un poco mas tranquilos bajaron a la bodega, allí había bastantes sacos de lana y unos pocos barriles, en uno de ellos y gracias al oído del Halfling encontraron a un chico joven, Renat, estaba muerto de miedo y según le fueron calmando les contó como encontraron una barca a la deriva con alguien en su interior al parecer moribundo, tras acercarse a ella para prestarle ayuda fueron atacados desde el aire por una mujer alada mientras del río unos tentáculos subían por el barco, él muerto de miedo fue a esconderse a la bodega, desde su escondite dentro de un barril pudo escuchar los gritos aterradores del dueño de la barcaza así como de su hijo y su nuera, tras saber que todos estaban muertos y sin saber de ningún familiar directo de el dueño de la barcaza, la barcaza pasaba a ser de ellos junto a su carga, la cual la esperaban vender sus antiguos dueños en Altdorf por unas 900 coronas de oro.

Durante la tarde y gracias a las indicaciones de Renat fueron navegando sin ningún percance, descansaron en la barcaza mientras la noche pasaba y con las primeras luces del día emprendieron viaje, el tiempo apremiaba, Hans se iba debilitando por momentos y tanto Erwin como Ogmund notaban como algo en sus heridas no iba bien, fue a mediodía cuando por fin conseguían amarrar la barcaza en Weissbruck, por suerte para ellos el lugar no les era desconocido y con rapidez fueron a la casa del físico, al cual por suerte o desgracia ya conocían de cuando estuvieron días atrás en Weissbruck, allí dejaron a Hans, al cuidado del físico el cual intentaría hacer todo lo posible por salvar la vida y el brazo de Hans, por desgracia con las heridas de Erwin y de Ogmund poco podía hacer, les indico donde vivía Elvyra la herborista, quizás ella si que tuviera remedio para sus afecciones.

Con Renat y Anya al cuidado de la barcaza, nuestros tres aventureros se dirigieron a casa de Elvyra, pero ya antes de llegar a la puerta pudieron ver que algo no marchaba bien, una de las ventanas estaba rota, a través de ella se podía ver el interior de un salón donde sin duda había habido una pelea, cristales rotos y muebles por el suelo daban buena cuenta de ello, tras comprobar que la puerta estaba cerrada penetraron en la casa a través de la ventana, inspeccionaron la casa tanto la planta de abajo como la de arriba donde se encontraban los dormitorios, todas ellas habían sido registradas pero no había nadie en ellas, y salvo una nota que le exigía un pago en un granero rojo poco mas había que les fuera de ayuda, justo cuando se disponían a irse un pequeño ruido atrajo la atención de Nikkit, al parecer provenía de la cocina, y allí tras una estantería había una puerta que daba acceso a un sótano, al abrir la puerta algo corrió en su interior perdiéndose en las sombras del sótano, con cautela bajaron descubriendo que una niña de unos 10 años se escondía en una esquina atemorizada, tras ver que la habían descubierto intento huir en dirección a las escaleras pero los fuertes brazos de Erwin la retuvieron hasta que poco a poco Nikkit la fue calmando, una vez calmada les contó que tres hombres fuertes y que olían mal habían venido hace un par de días y que se marcharon tras una fuerte discusión,  ese mismo día Elvyra le dijo que se mantuviera alejada de la posada de El Hombre Feliz, al día siguiente por la noche  Elvyra la había castigado en el sótano por andar con sus cosas, de repente escucho un fuerte estruendo procedente de la casa y oyó gritar a Elvyra, tras esconderse asustada entre las cajas del sótano al rato dejaron de oírse ruidos.

Varios dilemas se les presentaba a nuestros aventureros, que hacer con la niña, donde podía estar o que le podía haber pasado a Elvyra, acudían a la guardia, y mientras el tiempo iba pasando inexorablemente....

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