martes, 28 de marzo de 2017

EL ENEMIGO INTERIOR. SOMBRAS SOBRE BÖGENHAFEN. Sesión 4

Bögenhafen, por fin llegaban a su destino, una nueva vida se habría ante ellos, una vida llena de riquezas y una mansión donde poder disfrutarla, o por lo menos así debía de haber sido...

Con ayuda de los estibadores del puerto consiguieron amarrar el barco para que sus ocupantes pudieran bajar a tierra, mientras nuestros aventureros desembarcan y se despiden del capitán el resto de marineros se encargan de ir descargando la mercancía, sin tiempo que perder y con los consejos de un estibador se encaminan hacia el Este de la ciudad en busca de una posada donde poder dejar sus enseres, por el camino se van haciendo una idea de los distintos barrios de la ciudad, hasta llegar al de los artesanos donde se hospedan en una posada bastante decente y ha un buen precio, la ciudad rebosa de alegría y sus gentes encaminan sus pasos hacia la puerta Este, donde en su exterior se encuentra la feria que desde hoy hasta dentro de tres días servirá de diversión y punto de encuentro y comercio para la ciudad,  nuestros aventureros quizás cansados por el viaje o por miedo después de lo ocurrido en Weissbruck decididen pasar desapercibidos y no salir de la habitación de la posada hasta el día siguiente para ir a buscar a los notarios.

La noche paso sin incidentes, y tras desayunar se pusieron en marcha, tras preguntar a algún que otro ciudadano de Bögenhafen se encaminaron a la zona Sureste de la ciudad, en ese lugar se encuentran las oficinas de la mayoría de empresas locales, junto a dos despachos de notarios, pero como pudieron comprobar ni los notarios ni la dirección que en la carta figuraba existen en Bögenhafen, así que tras estar la mañana dando vueltas por la ciudad regresaron a la posada, por el camino Nikkit pensó que quizás en la carta pusiera la imprenta que había realizado la carta, su intención había sido buena y tras preguntar por la imprenta Shultz pudieron averiguar que si que existía, estaba frecuentada por padre e hijo, tras hacerles una pequeña visita pudieron asegurarse que el papel había sido vendido en aquel lugar.

Ya de vuelta en la posada y después de haber llenado sus estómagos se dirigieron a la habitación para pensar que pasos seguir a partir de ahora, con las bolsas casi vacías,  sin ninguna herencia que reclamar, y con alguien que quería muerto a Kastor, el cual podría ser que perteneciera a algún grupo con no muy buenas intenciones, así que sin pensarlo mucho decidieron poner tierra de por medio, buscar algún barco que saliera en cualquier dirección menos hacia Altdorf, dejando a Johann en la posada junto a sus pertenencias el resto fueron hasta la zona portuaria para encontrar pasajes hacia su nuevo destino, pero por desgracia hasta el cierre de la feria ningún barco saldría del puerto.

Mientras regresaban del puerto un grupo de seis maleantes les cortaron el paso, uno de ellos con una sonrisa en la cara y mientras mascaba tabaco se dirigió a ellos para que les hicieran el favor de aligerar sus bolsas, Nikkit les dijo a sus compañeros que que tal corrían para acto seguido salir corriendo hacia el Este, internándose por entre las chabolas para intentar escabullirse de los matones, mientras Ogmund gritaba para atraer a alguna patrulla de la guardia mientras acompañaba a Erwind para abalanzarse sobre los dos matones que tenían delante, el combate fue breve pero intenso, en el breve tiempo que paso hasta que apareció la guardia Ogmund consiguió atravesar a su contrincante dejándolo muerto en el suelo, mientras Erwind dejaba malherido al cabecilla, el cual junto a los otros dos matones huyeron cuando la guardia apareció en el lugar, no sin antes maldecirlos, la guardia tras esperar a la llegada de otra patrulla para seguir a los matones y a Nikkit  les interrogo y los llevo al exterior de la ciudad, donde estaba montada una gran carpa que hacia las funciones de tribunal durante los tres días de la feria, el tribunal estaba regido por el juez Heinz Richter, un hombre de gran envergadura pero con exceso de peso, de unos cincuenta años con el pelo blanco y una mirada atenta, va bien vestido y desde que habla con ellos se dan cuenta que es un hombre rígido pero justo, tras escuchar su versión y contrastarla con la del capitán de la guardia Reiner decide dejarles en libertad, pero les aconseja que no se metan en líos o acabaran en la picota, en la cual en estos momentos se encuentra un Enano, Grotti, que implora a cualquiera que pase cerca que le de una corona de oro para poder pagar su deuda y poder salir de allí, pero esta tan sucio y desprende tan mal olor que nadie se acerca, salvo unos cuantos niños que se dedican a lanzar frutas podridas sobre el Enano.

Mientras Erwind y Ogmund eran llevados ante el juez, Nikkit consigue despistar a sus perseguidores y sin ningún otro contratiempo llega hasta la calle principal, se acerca donde dejo a sus compañeros para ver a uno de los matones en el suelo muerto rodeado de guardias, pero sin rastro de Erwind y Ogmund, da media vuelta y se encamina hacia la posada pero al llegar allí sus compañeros tampoco están, tras contarle al posadero lo ocurrido con la ayuda de un sirviente van hasta el medico, pero tampoco han pasado por allí, si perder mas tiempo se dirigen a las afueras de la ciudad, donde esta emplazada la feria, van hasta la gran carpa que hace las funciones de tribunal, justo cuando Nikkit llega , Erwind y Ogmund salen de hablar con el juez.

Están hablando entre ellos de lo ocurrido cuando un gran tumulto se va abriendo paso entre la gente en la dirección en la que se encuentran, cuando de repente ante sus ojos aparece un pequeño goblin con tres patas que intenta huir de un hombre ataviado con ropas chillonas mientras grita por favor que alguien atrape al goblin,  Ogmund y Nikkit se abalanzan sobre el pero no consiguen interceptarlo, Erwind corre mejor suerte y en el ultimo momento consigue atraparlo y retenerlo hasta que un Enano con cara de pocos amigos le tira un lazo al cuello y lo inmoviliza, mientras el hombre de colores llamativos les da las gracias, se presenta como el Doctor Malthusius y les invita a que vengan dentro de una hora a presenciar el espectáculo de El Museo Zoológico del Doctor Malthusius, como agradecimiento por haber capturado al goblin les entrega una corona de oro a cada uno de ellos.

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